El paciente, un niño de 12 años, acudió de urgencia a la consulta tras haberse caído con el monopatín. Tras realizar estudio del caso observando el diente in situ, realizando radiografías de la zona e incluso realizando pruebas sobre el nervio del diente para ver si había perdido vitalidad.
La conclusión a la que se llegó es que por suerte no había perdido la vitalidad del nervio y podíamos reconstruir el diente sin problemas.
Se realizó la restauración del diente el mismo día y el paciente quedó muy satisfecho.